Quedan cinco días para empezar el Tour y dos para el viaje, y sigo con la sensación de no estar metido en la carrera. Puede ser la relajación de haber cumplido con creces en Dauphine, por la tensión que he vivido por el accidente, o simplemente porque he preparado esta carrera como nunca y pienso que pase lo que pase en Francia tengo que estar satisfecho.
Me decía un compañero estos días que me llega la oportunidad en el mejor momento, tengo 27 años que es una edad ideal, voy con el mejor equipo que se puede ir a esta carrera y ademas estamos convencidos que llevamos al mejor corredor para poder ganarla, así que creo que tengo muchas opciones de dejarme ver y poder hacer algo bonito.
El campeonato ha salido bien, pero creo que tampoco tiene mucho mérito, éramos el equipo más fuerte en cantidad y por lo visto en calidad, y también íbamos con el máximo favorito, así que nos dedicamos a controlar la carrera y esperar que Alejandro llegaría su momento. Lo más destacado ha sido el calor que hemos pasado, llegamos a tener 42 grados según mi reloj, y eso para mi ha sido muy duro.

En casa entrenando dudo que hayamos pasado de los 30 grados y eso el cuerpo lo acusa en exceso, pero creo que vendrá bien para futuros calores, ya que el en Tour siempre suele hacer mucho calor, pero espero que nos vaya llegando poco a poco.