jueves, 29 de octubre de 2009

ジャパンカップサイクルロードレース


Por fin se acabo la temporada. Reconozco que llevo un mes, desde la Vuelta a España, que ya estaba prácticamente de vacaciones, pero me quedaba una última carrera en la otra cara del mundo, la Japan Cup. He oído hablar muchas veces de esta carrera, así que cuando llegó la invitación no dudé en presentarme voluntario, sabiendo que a estas alturas de temporada no había mucha gente dispuesta a ir hasta allí. Pensaba que la carrera iba a ser una más, incluso por debajo de las carreras europeas, pero me emocionaba el viaje y la estancia en un país tan diferente.
Para empezar el viaje ya es una aventura. Para salir de Bilbao muchos vuelos cancelados por la niebla, y no pude llegar a Madrid para salir con mis compañeros, incluso pensaba que me quedaba en casa, pero me pudieron desviar y me mandaron a Tokyo vía Londres, así que me esperaba un largo viaje en solitario. Cuando llego a Tokyo otro problemilla, no me funciona el móvil...y ahora que hago? pero por suerte llegaban los Liquigas y me acoplé con ellos para llegar al hotel justo a la hora de cenar.

Al día siguiente, dos días antes de la carrera, ya estaba todo organizado. Hicimos un entrenamiento turístico para ver algunas cosas típicas de la zona. subimos un puertecillo para ver un lago que estaba lleno de gente haciendo actividades o paseando por allí, y al volver hicimos varias paradas para ver templos y construcciones típicas. Total que para hacer 100kms nos tiramos unas cuantas horas, pero con el cambio horario no teníamos muchas más cosas que hacer. Por la tarde visitamos un centro comercial, no son muy diferentes que aquí y los precios tampoco. Lo más curioso parece que los vendedores van por comisiones, ya que van por algunas tiendas con un megáfono, anunciando sus mejores ofertas. Si te cruzas con unos cuantos pueden llegar a estresarte, eso parecía la Bolsa de Wall Street.

El sábado teníamos el circuito cerrado y era obligatorio ir a entrenar por allí. Claro que no estábamos solos, miles de cicloturistas lo sabían y el circuito estaba lleno. Fotos, autógrafos, saludos...se nota que hay una enorme afición en Japon. A mi me conoce más gente que en cualquier otra carrera, claro que tienen pocas oportunidades de ver carreras de primer nivel y seguro que es un gran acontecimiento para ellos. Y por la tarde una vueltecilla por la ciudad y a descansar, que no me olvido que a Japon fuimos a correr y no de vacaciones ( eso no cuela verdad? )

El día de la carrera teníamos una carpa para cada equipo, y como siempre estaban llenos de visitantes. Los equipos locales ( 7 japoneses por 6 europeos ) andaban calentando como locos, su objetivo era salir a muerte para hacer una escapada, sabiendo que no llegan al nivel de los equipos invitados, que además ya habíamos hablado para salir más tranquilos, controlar la carrera entre todos y poder llegar al final con opciones de disputarla. Y así sucedió, se formó una escapada de 5 japos y detrás uno por equipo a controlar. El circuito era duro pero se pasaba rapidillo y la carrera fue bastante entretenida http://www.japancup.gr.jp

Después de la carrera llega el mercadillo. Mucha gente que ha estado por el circuito se acerca a meta para ver a los corredores, ojear el material, y si tienen suerte poder comprar algún souvenir. La gente va pasando por las carpas intentando comprar ropa y accesorios de los corredores. Al principio resulta gracioso pero realmente ofrecen buenas cantidades y además les entusiasma que sea ropa usada por los corredores. A cambio, además del dinero, muchos llevan regalos para los corredores así que he podido traerme cantidad de cosas típicas, camisetas, recuerdos y hasta comida precocinada.

Sin tiempo para más, el mismo lunes volver a casa, otro largo viaje y otra vez acostumbrarse al cambio horario. Ha sido una experiencia increíble y ha merecido la pena alargar un poco más la temporada para poder conocer otros lugares, otras culturas y otras carreras.

martes, 6 de octubre de 2009

LA SUERTE DE LA VIDA


Muchos de vosotros estaréis esperando este artículo, en el cual yo debería contar que estoy muy contento por haber sido participe de la victoria de Alejandro en la reciente Vuelta a España. Pero no soy periodista y me cuesta mucho narrar acontecimientos deportivos, además os aseguro que no he podido ver ninguna etapa por la tele, bueno solo un trocito de la crono de Toledo jajaja, así que no voy a poder contar nada nuevo. Además tengo que agradecer la colaboración recibida este mes por la gente que ha estado cerca de mi, y os aseguro que me siento reflejado en cada artículo que he publicado estos días. Ha sido una experiencia divertida y que ha llegado a emocionarme, por no decir que el número de visitas demuestra que ha sido una gran idea, muchas gracias a los redactores, a los animadores a pie de carretera, a los espectadores por televisión y a los lectores!!!

Por todo esto me siento una persona muy afortunada, tanto personalmente como deportivamente estoy en un gran momento, mas que satisfecho con todo lo que me rodea. Miro a mi alrededor y veo mucha gente con problemas, la crisis económica, la gripe A, el paro... pero tengo la esperanza de que todos ven la luz al final del tunel. Pues tengo que deciros que todos esos problemas que parecen tan graves, se quedan en nada cuando conoces a una persona que vive sin esa luz, vive en un tunel a oscuras. Y no solo él, sino su familia, amigos y mucha gente cercana que le aprecia y que aparentemente le hacen seguir siendo feliz.

Este viernes me invitaron a una cena benéfica, organizada por la asociaciones Santurtzi Gastronómica y ADELA, que apoya a los enfermos con esclerosis lateral amiotrófica. En principio era un compromiso más, me dijeron que iban a acudir varios representantes del deporte de la zona. Allí he conocido a Mikel, una persona joven y deportista al que le diagnosticaron la enfermedad hace un tiempo. Poco a poco me iba enterando de como funciona esta enfermedad, que te va dejando paralizado los músculos del cuerpo, es decir te deja sin movilidad pero no afecta a la cabeza. Y como os contaba no tiene cura ni tratamiento conocido, así que una vez diagnosticada la enfermedad avanza y avanza...

La historia de Mikel no me ha llegado al corazón por su enfermedad, sino por su persona. Lo primero porque era deportista como yo, y me contaba que algunas veces se cruzaba entrenando con nosotros, y me resulta muy duro saber que la vida nos puede llevar por caminos tan diferentes. Lo segundo porque le he visto muy feliz, ha sonreído a todo el mundo que se acercaba e incluso parecía divertirse a lo largo de la gala. Y por último porque este señor ha conseguido reunir a más de 400 personas en una celebración en su honor. Eso me hace pensar que tiene que ser una gran persona porque es muy difícil tener tantos amigos, y más en los malos momentos. Cuando se acabe mi tunel me conformaría con la mitad de la mitad de esos amigos, animo Mikel.

Os dejo un enlace a su blog para que podais conocer a Mikel y a su enfermedad