Creo que este año he batido el record de viajes. Si no me olvido nada he estado en París, Mallorca, Andalucía, Niza, Italia, Austria, Suiza, Andorra, Polonia, Holanda, Bélgica, Londres y Japón. Y como parece que me ha sabido a poco he ido de vacaciones a Playa Bávaro, en República Dominicana. Tenía otras intenciones, bastante más cercanas, pero este año se nos ha hecho muy tarde y en noviembre hemos optado por elegir sol, playa y descanso.
Pero no hemos estado todo el día tirados al sol, como hace mucha gente, sino que hemos tratado de salir bastante y conocer el país, otros paisajes, otra cultura y otra gente. Es un país de muchos contrastes y hay muchas cosas que llaman la atención. Empezando por el clima, hace mucho calor pero enseguida se nubla y llueve con ganas, además está todo muy verde y hay una vegetación asombrosa para tanto bochorno. Por la calle ves coches de lujo pasando junto a gente descalza, pero nunca les falta un trago en la mano y una sonrisa cuando pasa algún turista. Es curioso ver gente tan feliz con tan poco, y por supuesto siempre dispuestos a ayudarte.
Además de varios días de playa, piscina, descanso, buffet y barra libre, hemos conocido lugares como la Isla Saona en el sur del país, en medio del mar Caribe, llena de palmeritas y aguas transparentes...digamos como las típicas de las postales. Otro día visitamos el interior del país, los poblados típicos, una escuela, y como plato fuerte las plantaciones. Nos enseñaron como cultivan la caña de azúcar, como secan el tabaco y hacen los puros, como recogen el café, lo secan y lo tuestan, y como hacen lo mismo con el cacao.
En resumen, creo que después de un año intenso han sido unas merecidas vacaciones, en las que además de descansar nos hemos culturizado un poco ¿a dónde tocara el próximo año?
